Las primeras manifestaciones del movimiento obrero se plasmaron en el ludismo (destrucción de máquinas) a las cuales se las responsabilizaba de la pérdida de la capacidad adquisitiva del pequeño artesano. Éste término proviene de la firma de las cartas que defendían a los obreros, y les daba orden de destrozar las máquinas, e incluso asesinar al propietario de la fábrica. Sin embargo, los obreros se dieron cuenta de que no era la máquina su enemiga sino el uso que de esta se hacía, fue entonces cuando dichos obreros comenzaron a dirigir sus quejas a los empresarios. Así nació el sindicalismo, entendido como un movimiento de resistencia contra el capitalismo.
La reacción del gobierno inglés fue prohibir cualquier tipo de asociación obrera. Parte de la historia del movimiento obrero ha estado marcada por la persecución y la clandestinidad.
En los primeros decenios de la industrialización se produjo una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores:
Aumento de la jornada laboral.
- Pérdida salarial.
- Generalización del trabajo infantil.
- Negación ante la ayuda económica para enfermedades, paro forzoso o vejez.
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